Con muchos años de antigüedad, esta creencia se basa en que el novio no debe ver a la novia la mañana de la boda porque da mala suerte. La superstición se remonta a los tiempos en que los matrimonios se realizaban por conveniencia y la familia de la novia no dejaba que su futuro esposo la viera antes del enlace para evitar que se arrepintiera del paso que estaba a punto de dar.
Hoy en día, no obstante, hay muchos novios que duermen juntos la noche antes y solo se separan para arreglarse y prepararse para el «sí, quiero», manteniendo así en secreto el diseño del vestido de novia. Las tradiciones cambian y cada vez más contrayentes apuestan por decidir cómo quieren que sean las cosas en lugar de dejarse guiar por las tradiciones o costumbres populares.
Buena prueba de ello es la popularización del first look. ¿En qué consiste? Pocos minutos antes de dar inicio a la ceremonia, los novios realizan una pequeña sesión en la que se ven cara a cara y en privado, vestidos para la ocasión. Un momento mágico, íntimo y muy emocionante, que la pareja suele compartir únicamente con el fotógrafo que han contratado para su gran día.